domingo, 29 de abril de 2012

Ponte cómodo


No pienso que se trata únicamente de una necesidad de los alumnos de repertorio de canto en el aula 300, sino de cualquier persona que surque esa puerta para venir a aprender. Si el alumno no está cómodo, cuanto podamos decirle no servirá de mucho, pues la información no se transmitirá correctamente, no llegará al punto de poder asimilarse. Además, si la comunicación no es correcta, el cuerpo se resentirá y entonces será difícil optimizar los medios físicos del canto.

Alumnos queridos, poneos cómodos, haced de vuestra vida algo muy agradable al entrar en mi clase para poder cantar lo mejor posible. ¿Cómo? Seguid estos consejos sencillos: 

1- No lleguéis con la hora justa: sabéis bien que mi clase está en un tercero sin ascensor. Tardaréis cinco minutos en recobrar el aliento y son cinco minutos que se pierden. 

2- Lo ideal es que dediquéis unos minutos a vocalizar antes de entrar en clase. No se trata de comprobar la voz en toda su extensión ni toda la potencia. Al menos, de encontrar la resonancia y de ir explorando las posibilidades; incluso si pensáis que ese día no vais a poder cantar muy bien, por catarros, cansancio o circunstancias. 

3- Para estar realmente cómodos, lo ideal es que me llevéis la partitura a clase de memoria. Si se trata de una primera aproximación a un texto en lengua extranjera para el que necesitáis mi ayuda no traigáis una única copia. Si empezáis a hacer anotaciones en la única copia, ejemplares posteriores que queráis pasar a otros pianistas o profesores estarán llenas de una información que no es relevante para ellos y que les hablará de flaquezas o problemas que en ese momento ya tendréis superados. Por cierto, para encontrar fuentes musicales en internet podéis mirar la entrada "recursos musicales en la red". 

4- No se trata solamente de que perderemos menos tiempo buscando la partitura si yo estoy al corriente de la obra que vais a interpretar (mensaje, llamada, mail o cualquier otro medio sirven de aviso). Se trata también de que me habré mentalizado correctamente y no me pillará de sorpresa. Además, si no tengo fresca la partitura y es difícil, habré aprovechado algún rato libre previo para recordarla. Algunos de vosotros idealizáis mi forma de tocar y pensáis que puedo extraer lo mejor del texto musical en cualquier circunstancia: pues bien, esto no es cierto. No lo es, en absoluto. En realidad, yo tengo que estudiar prácticamente tanto como vosotros para tener una partitura a mi gusto. Así que, si me hacéis la vida más cómoda, yo tocaré mejor y me será más sencillo no estar pendiente de mi propio texto musical y estar íntegramente concentrada en escuchar lo que estáis haciendo y ayudaros desde el teclado. 

5- Sed claros con el tiempo y el carácter que queréis transmitir a la partitura. No merece la pena que seamos tan educados que nos pasemos toda la primera interpretación de una pieza esperando el uno por el otro. Si tenéis la idea muy clara, lideradla, defendedla. Yo os escucharé, entenderé y apoyaré mientras me presentáis esta idea con vuestra interpretación. Acto seguido, si es necesario, os discutiré apasionadamente por qué opino que la idea no es correcta en función del texto, la música, el estilo o vuestras circunstancias técnico-musicales.  

6- Sed claros también con las respiraciones. Ya sabéis que yo no considero necesario, sino de hecho contraproducente la manía de fijar solemnemente y de antemano los lugares en los que vais a respirar. La respiración depende del estado anímico además de las cuestiones técnicas y, en principio, lo tendré en cuenta. Es importante que respiréis bien, aunque eso suponga robar más tiempo del que está escrito. Al menos en las primeras veces, no arriesguéis: daos el tiempo necesario para respirar. Si yo no he estado suficientemente alerta y os he atropellado, ya me conocéis: esperaré para compensar este tiempo. 

7- Apartad el reloj y no os preocupéis del tiempo que nos lleva resolver los problemas. La impaciencia trae menos problemas que la falta de espíritu de perseverancia.. pero también los trae. 

8- Plantead todas las dudas que tengáis sobre vuestro empleo de la técnica, pero también sobre la música, el autor, los personajes, la lengua, las traducciones.. Ya sabéis que si no tengo las respuestas, siempre hay entes superiores a los que tanto vosotros como yo podemos preguntar: diccionarios, libros, expertos... 

9- Lo ideal tanto en el caso de arias cantadas por personajes como en la interpretación de canciones es haber dedicado un mínimo de tiempo a formaros una idea del carácter del personaje y la interpretación simbólica del texto (podéis leer más sobre esto en el capítulo "la literalidad" de este mismo blog). 

10- Un punto fundamental de la comodidad tiene que ver con un equilibro saludable entre la autocrítica y la satisfacción por lo aprendido, que os permita salir de la 300 con ganas de seguir trabajando sobre la música a la que tanto queremos. Si creéis que os he puesto el listón demasiado alto o demasiado bajo, no olvidéis avisarme antes de que transcurra demasiado tiempo, preferiblemente antes de la siguiente clase para equilibrar el balance.