miércoles, 28 de mayo de 2014

Notas al programa de "En alta mar les sirve de brújula una rosa"



“En alta mar les sirve de brújula una rosa” 
(Federico García Lorca. Oda a Salvador Dalí) 

León, 7 de Abril de 2014
Astorga, 20 de Abril de 2014

En realidad, este concierto no estaba previsto así. Al diseñarlo, mi maquiavélico plan era investigar con los alumnos de canto -que trabajan su repertorio y la lengua alemana en el Aula 300- por qué Franz Schubert puso en música tantas canciones sobre ríos y Robert Schumann sobre flores. La pregunta ya era entonces un poquito maliciosa y se basaba en algo que saben bien los que leen poesía: tanto las flores como los ríos son símbolos habituales del amor y de las relaciones eróticas. Sin embargo, no significa lo mismo si Silvia y Pedro cortan juntos una rosa que si cruzan un río. En el primer caso se está poniendo de relevancia a Silvia -sobre todo si se supone que es o era virgen- y, en el segundo caso, a Pedro. 

Sin embargo, cuando reflexionamos sobre las metáforas y sus significados, en el aula 300 somos muy conscientes de que nuestra forma de hablar y pensar condiciona lo que hacemos. Enseguida pensamos en probar hasta qué punto los roles y la forma de hablar podían intercambiarse al hablar de los ríos y las flores. Si un pianista acompañante puede acompañar cualquier emoción descrita en una canción, ya sea imitando el murmullo del agua (como podéis oír en todas las canciones de Schubert que hablan de los ríos o el mar) o la redondeada forma de la rosa (como sucede en Meine Rose y Röselein de Schumann), ¿por qué no podría hacerlo un cantante? En el arte, con frecuencia, se han intercambiado los papeles y mujeres con voces graves siguen cantando en la actualidad en la ópera papeles de chico, mientras que hombres que imitan con una técnica especial la voz de la mujer cantan roles de mujeres. 

Además, descubrimos algo que impregnaba la mayoría de los temas que encontrábamos: el río aparece con mucha frecuencia como metáfora del propio discurrir de los pensamientos y las flores como símbolo de la belleza. Nos pareció un poco limitado que la reflexión sobre la trascendencia de la vida viniese asociada únicamente a los hombres y la belleza a las mujeres. Limitado y tremendamente pasado de moda, por suerte. 

Así que el experimento continuó y muchos valerosos alumnos de canto aceptaron cambiar sus roles y probar emociones que el poeta había asignado a una persona de un sexo diferente al suyo. El resultado solamente podía ser el mismo que captamos a diario en nuestra vida cotidiana: el éxito, puesto que la empatía nos une a todos y nos hace capaces de comprender las emociones de cualquier persona. Esta es la misma empatía que nos hizo poner el cerebro en marcha para comparar que las flores y ríos significan lo mismo con ligeras variantes en casi todas las canciones europeas. Y nos hizo rebuscar en el tesoro de canciones escritas en épocas tan alejadas de la nuestra (si os dais cuenta, las canciones más antiguas del programa son del siglo XVII y las más modernas del XX), y revolver en otros países y culturas, con el fin de comprendernos mejor a nosotros mismos a través de las emociones que han vivido, puesto en verso o cantado otras personas sensibles, inteligentes y cultas. 

Hemos estructurado el programa en función de los temas,acercándonos desde el río entendido como vida o como pensamiento hacia las rosas. ¿Por qué hemos elegido este recorrido? Por su fuerza simbólica: al organizarlo así, vamos avanzando desde la cotidianidad hasta los ideales, desde la lucha diaria (la pesca) hasta el amor o los ideales más perfectos (la rosa). Entre medias, conocemos las cualidades de otras flores; que normalmente son personificaciones: hemos descubierto que los jazmines en alemán son personificaciones masculinas, aunque sean flores. Que la proverbial metáfora de la modestia de las violetas proviene de que no sobresalen sobre el césped, sino que quedan medio ocultas entre las briznas de hierba. Que Urlicht fue el nombre que Mahler quiso dar a un texto que le conectaba profundamente con una espiritualidad católica pero universal, pues no se limitaba a ser un dogma. También que la flor de loto es el equivalente simbólico de la rosa en Asia, es decir, la metáfora de lo más perfecto y más hermoso. Y que buscar la rosa significa afrontar la vida, porque -ya lo dice Sabina en Y sin embargo- no existen las rosas sin espinas. O, lo que es lo mismo, que no existen atajos para materializar los propios sueños ni medios de eludir las dificultades cuando se sueña realmente con alcanzar algo valioso). Los alumnos de canto podrían hablaros mucho, muy extensamente de su propia “rosa”: Su ilusión de aprender a cantar. Su propia voz, tal y como se va formando en el relato de El ruiseñor y la rosa: pétalo a pétalo, sobre la espina de su propio esfuerzo. 

Una vez en casa, leed a Machado, a Lorca, a Hernández.. a quienes evocan la eternidad de la rosa. Pero leed también a quienes claman en nuestros tiempos contra las injusticias: a Olga Rodríguez.. "necesitamos el pan, pero también las rosas". 

Sí. Deberíamos haber reservado un espacio para hablar de los poetas -cielo santo, desde luego que Heine y Goethe se lo merecen tanto como Metastasio al menos-, de cómo los compositores eligen unas letras y no otras, de que las canciones con piano son una forma muy especial de música, que ni es ópera ni es tampoco canción popular, pero... ¿realmente creéis que cabe todo en estas páginas? En realidad, creo que solo acabamos de empezar a soñar. Ojalá que alguna de estas páginas musicales maravillosas unida a sus letras tan emocionantes os hable de vuestra propia vida y os evoque nuevos sueños. 

Saludos de una profesora muy friqui