sábado, 12 de enero de 2019

El Barbero de Sevilla, la zarzuela

Cartel anunciador de nuestra próxima zarzuela


Hace bastante tiempo (4 años ya) en el Conservatorio de León soñamos con crear un Taller Lírico que permitiese a alumnos y ex alumnos de la casa abordar de vez en cuando roles completos del repertorio de zarzuela, aunque fuese en versiones acompañadas por piano en nuestro propio Centro. Elegimos un primer título muy coral: Las de Caín, de los Sorozábal, sobre un libreto de los Quintero, fue la primera obra que abordamos en su totalidad en el Taller. La ilusión de ser nosotros mismos, los alumnos y alumnas y sus profesoras quienes recreasen una obra en su totalidad nos llenó de ilusión: rescatamos algunos antiguos muebles que duermen en los almacenes del Conservatorio, y en los cambios de acto, éramos los propios participantes quienes cambiábamos los filtros de las luces, los elementos escénicos, las modestas cartulinas con las que habíamos creado una librería, un espejo o los árboles del parque donde transcurre la acción. Las profesoras de peluquería y maquillaje del área de Estética del Centro de Formación Profesional "Ciudad de León" (antes conocido como "La Torre) terminaron de crear el milagro de convertir a nuestros alumnos en personajes creíbles, con memorables caracterizaciones de los personajes más jóvenes, que subieron al escenario en Junio de 2015.



Foto de familia tras la representación de Las de Caín en el Auditorio del Conservatorio de León

En aquel momento, la sinergia de un trabajo conjunto colaborativo se enriqueció con una oferta sorprendente: subir la pieza al escenario del Auditorio de la ciudad acompañados por la Banda de Juventudes Musicales. La pequeña acción local se transformó de pronto en un proyecto mucho más parecido a la realidad de un teatro y se sentaron las bases para una acción mucho más ambiciosa: dar el paso a una zarzuela que incluía la colaboración de la Escuela de Danza de León y la Orquesta y Coro de Juventudes Musicales, sobre una escenografía de Sara Potxemutxka materializada por Andrés Reyero con una implicación impresionante: Cuando abrimos la sala el primer día de la función, Andrés, ya caracterizado de Don Hilarión, todavía estaba fijando tornillos a escondidas desde la casa de cartón en la que ubicábamos su botica. Habíamos dado el inolvidable salto a la Verbena de la Paloma, que disfrutamos en seis representaciones distintas entre Noviembre de 2016 y Junio de 2017.


A lo largo de 2019 tendrán lugar distintas representaciones en el Auditorio de León de El Barbero de Sevilla, el último título de zarzuela que hemos elegido y trabajado con los estudiantes y que llevamos a escena por primera vez el pasado 28 de noviembre de 2018. La pieza es de una gran comicidad, pues plantea un enredo sentimental en el contexto del debut como intérprete profesional de su protagonista, la soprano lírico-ligera Elena (con el poco afortunado nombre artístico "La de Lirio", que da origen a numerosas bromas durante la representación).

Al pensar en la pieza me gusta llamar la atención a los componentes del Taller respecto a algunas cuestiones que creo que merece la pena tener en cuenta: por un lado, la modernidad de una obra que en 1901 plantea cómo dos mujeres, madre e hija, toman las riendas de su vida, subiéndose a un tren con el maestro de canto de la joven a pesar de la oposición manifiesta del padre de familia, don Nicolás. También los estereotipos que se muestran sobre la vida del teatro (vidas disipadas y regadas con el consumo del alcohol como forma de resistir la presión de las tablas) son bastante favorables, puesto que, por ejemplo, nunca se censura a la Roldán que tenga un amante: se ve que se trata de una debilidad permisible para una diva, siempre que lo haga pasar por su marido, naturalmente. De la misma forma, se asume que Elena pueda plantearse un rol de cantante a la par que de esposa de acuerdo con un modelo familiar más tradicional.

Las dos sopranos protagonistas muestran en sus arias las dos caras más visibles de la interpretación musical: La Roldán se define como la tiple "más eminente", de potente voz y facilidad en el agudo. Elena apena a las emociones, a su alma como "un tesoro, ya de risa, ya de llanto", definiendo así dos caminos distintos, dos formas de profundizar en el mundo del arte y la escena lírica.

Otro de los aspectos que nos llaman la atención desde la perspectiva del siglo XXI es la enorme cantidad de arias y fragmentos de otras óperas que se citan a lo largo de la zarzuela. Las primeras críticas de la obra hablan de cómo estas citas musicales tenían un gran efecto en el público. Y esto era así porque la ópera y la zarzuela estaban perfectamente imbricadas en la cultura musical del momento; formaban parte del bagaje sonoro tanto de las personas pudientes como de las clases modestas: existía una cultura sonora de base difundida en los teatros, pero también gracias a las pianolas, tan frecuentes en los domicilios. Sin embargo, muchas de estas piezas -entonces de moda- las conocen en nuestros días únicamente los melómanos más entendidos. A este respecto, cabe reseñar que en el libreto aparecen dos periodistas de la prensa local, y que ambos son grandes entendidos en ópera, algo que (hemos de ser conscientes de ello) sucede cada vez menos, pues los modestos ingresos de la prensa local no les permiten contratar a especialistas para las distintas secciones.

Más allá de estas cuestiones específicas, la obra presenta numerosos tipos humanos reconocibles y situaciones que nunca dejan de sorprender a quienes viven en nuestro país por su sorprendente contemporaneidad, en la que recrean muchas situaciones cómicas que podríamos encontrarnos en nuestra vida cotidiana. El nexo que vincula a los tipos humanos presentes en la literatura (sea el Lazarillo, Cervantes, Quevedo o los Quintero) con las situaciones que vivimos en el día a día en nuestros trabajos, la política local o el telediario sigue hablando de este "eterno españolismo", a veces desolador por su vigencia, pero siempre tronchante en su perpetua actualidad.

Los oyentes más avezados, conocedores de la pieza, se darán cuenta de algunas mínimas actualizaciones del libreto, que nos ha llevado a querer homenajear a la Caballé como una de las sopranos más grandes de todos los tiempos y a incluir los nombres de dos importantes críticos musicales actuales.

Esperamos que nuestro querido público no se olvide de acercarse a las representaciones que tendrán lugar en el Auditorio de León los días 16 de enero y 27 de febrero.