jueves, 20 de febrero de 2014

De peces y pescadores


Nuestra valiente Nuria ha asumido el reto de los peces y los pescadores schubertianos; reto nada sencillo, centrado en Fischerweise y Die Forelle. Sé que le ayuda saber que "pescar" no significa siempre lo mismo en los poemas que elegía nuestro versátil y querido compositor. Está claro que nada tiene que ver la censura feroz que se aplicó en un momento determinado de la época de Schubert -esa a la que aluden las aguas enturbiadas a propósito, que permiten que se pesque a la trucha- con los ardides desplegados por la tabernera para que el pescador se convierta en pez en su red amorosa. 

Pero vamos con las versiones comparadas, uno de los juegos favoritos de nuestras clases de repertorio en alemán.. ¿Qué aspectos se ponen de relevancia en cada una de las versiones? Veámoslo. 

Comencemos por la versión más consagrada entre las posibles: 


Puedes observar que el tiempo es tan rápido y ligero como tú misma crees que debe ser: como una cancioncilla, reflejando el fluir del agua. Aún más rápido con la pesca de la trucha. La voz apenas se conmueve: para Fischer Dieskau, la pesca del pez es algo inexorable contra lo que, desde un primer momento, sabemos que no podemos luchar. 

Ahora vamos con Ian, discípulo de Dieskau: 


Como ves, toda la historia está mucho más representada, a un tiempo sutilmente más lento: la caracterización del pescador como malvado, tanto desde que aparece como cuando despliega sus ardides y enturbia las aguas. Hay algo de dramático en el momento de la pesca, pero de nuevo vence la resignación en el momento en que el protagonista ve que han atrapado al pez. 


Aquí tenemos al enorme barítono schubertiano (y wagneriano) Robert Holl. Como supongo que comprenderás, se me hace raro que precisamente la tonalidad que elijas sea la misma en la que canta una voz tan profunda como la suya; cuando Dieskau la aborda en DO: 


Y Holl es el más elegante y el más alejado emocionalmente describiendo la historia, a pesar del enfático "nicht" con el que había casi asegurado que no iban a pillar al pez al final de la segunda estrofa. Como ves, todos nuestros chicos se distancian bastante del poema. Lo abordan desde la sensación de que lo que sucede es un destino inexorable. 

Y... ¿qué pasa con las damas? Vamos a ellas. Comencemos con Elizabeth Grümmer: 


No cabe duda de que Grümmer es mucho más feliz que sus colegas masculinos al contarnos el alegre baño de la trucha en su río. Se enfada con el pescador en cuanto lo ve aparecer con toda su sangre fría. Describe los propósitos de la pesca convencidísima de que no lo logrará (no es espectadora, sino que opina) y luego sufre enormemente con todo lo que sucede, con lo que se convierte en un narrador claramente implicado y contrariado con la pesca de la trucha. 

Por misterios del youtube, no te puedo colgar el de Schwarzkopf, sólo la dirección. Muy distinta, como verás, de todos los anteriores: 


Te he dado muchas pistas acerca de cómo interpretan nuestros cantantes lo que quieren transmitir sobre la pesca de la trucha y sus connotaciones. Las conclusiones acerca de cómo lo hacen los pianistas que tocan con ellos también te corresponden a ti, por lo que me gustaría que me dijeses también cómo te ayudaría mi versión pianística a reforzar la versión que quieres darnos tú. Así no te fiarás tanto de lo que yo hago.. :) 

Respecto a Fischerweise, voy a intrigarte un poco más. Yo te cito aquí algunas versiones que me parecen de buenisísima calidad... y te repito muchos de los cantantes elegidos para Forelle. Pero las conclusiones sobre lo que pueden querer transmitir.. ¡¡son todas tuyas!! Vamos allá, ánimo, buena suerte... felices decisiones artísticas sobre lo que nos deseas decir tú en tu propio Fischerweise :) 

Ian: 

Dieskau: 

Kirchschlager: 

Janowitz: