domingo, 5 de febrero de 2012

La literalidad


A lo largo de esta semana, muchos de vosotros me habéis traído canciones para preparar en la clase de repertorio. Como sabéis, vuestra maestra de canto y yo insistimos en la necesidad de saber los textos de memoria para aprovechar al máximo las clases, algo que entendemos que no es tan fácil de hacer rápidamente cuando el texto está en un idioma tan alejado del nuestro como el alemán -en general, no tenéis problemas para memorizar italiano ni francés-.

Sin embargo, cuando hablo de memorizar no me refiero solamente a poder decir sin referencia del papel las palabras del texto poético. En mi caso, me refiero también a una profundización en el contenido del poema: los símbolos no se eligen porque sí, sino que traslucen una sustancia interna. Cuando no seáis capaces de darle sentido a un poema o notéis que no podéis resumir su esencia en una breve frase, es preferible que pidáis ayuda a que cantéis de forma abstracta. Internet puede ilustrar bastante sobre los textos poéticos. A veces una única palabra clave os puede servir para ir tirando del hilo simbólico y rastrear muchas cosas sobre las implicaciones del contenido. Palabras como "nogal", "tilo"o "rosa" tienen connotaciones muy interesantes, como la mayoría de los elementos naturales, pues se emplean frecuentemente como metáfora del "paisaje del alma", de las emociones del narrador de un texto. Escribo mucho sobre este tipo de cosas en elblogdeelizamora.blogspot.com

Cuando en los próximos días regrese Susana con su trabajo sobre el Lied Der Nussbaum de Schumann sé que habrá reflexionado sobre este tema y sobre lo que significa que el árbol vuelve a florecer el próximo año. Con respecto a "las pequeñas cosas" -Auch kleine Dinge-, tengo una comparativa muy curiosa que ofrecerte, pues no solamente hay un ejemplo musical conocido en alemán, sino también en castellano, lo que nos muestra cuán frecuentemente hay temas que se repiten y que existe un intercambio muy importante entre la canción de concierto y la canción popular:





La imaginación


Aunque muchos de vosotros pensáis que esto solamente sucede en el canto, la imaginación del sonido que queremos lograr tiene lugar en la práctica de cualquier instrumento musical. Antes de emitir el sonido creemos en él, ahondamos un poco con nosotros mismos y ponemos a su disposición nuestros recursos físicos. No cabe ninguna duda de que, cuando todavía se está creando una base de recursos técnico-corporales, la posibilidad de hacer justicia a este sonido imaginado es más bien modesta. Sin embargo, la ausencia de imaginación sobre el sonido hace que la realidad que podemos emitir sea mucho menos interesante. En cambio, en muchas ocasiones, fabular sobre lo que queremos emitir (con nuestro propio aquí y ahora, no intentando imitar un disco), visualizarlo e intentar buscar los recursos para lograrlo nos hace avanzar en las cuestiones técnicas mucho más rápidamente. Aunque es un poco más desesperante comprobar la diferencia entre lo que soñamos y lo que realmente podemos hacer, en realidad es esa tensión lo que nos va a hacer avanzar en el camino artístico durante todo el tiempo que interpretemos música.

Conformarse con lo que podemos hacer es un poquito triste, porque parece que nos negamos la posibilidad de mejorar. Así que yo os animo a seguir imaginando sonidos, en función de varios parámetros:

- El movimiento del aire: imaginar que el apoyo no es una columna rígida, sino la base del acariciador movimiento que da origen al sonido.
- El fraseo y las tensiones armónicas de las notas emitidas, porque quiero pensar que ninguno de vosotros canta pensando que su línea melódica no tiene unas tensiones armónicas internas.
- La relación de esas tensiones armónicas con las del acompañamiento.
- El texto y sus implicaciones emocionales.

Os deseo una feliz imaginación durante estos días en los que no nos vamos a ver. Espero encontraros muy inspirados a mi regreso...