jueves, 7 de junio de 2012

En realidad, no hay trucos de memorización


Llegó la víspera del examen de canto. Hasta ayer, todo funcionaba de una forma más o menos normal. El ataque de amnesia empezó hoy por la mañana, con la ligera ronquera, los moquitos y la tos seca: Se me olvida esta parte de la letra, se me olvida esta otra, se me olvida la de más allá.. ¡Basta de paranoia, chicos! Si el trabajo está hecho, todos esos detalles que se están perdiendo se retomarán en cuanto releáis el texto un par de veces tranquilamente, sin canturrear a ser posible. Lo ideal para que las piezas tomen forma es hacer introspección en el sentido del texto y evitar el desgaste: lo que hemos entendido y sabido representar hace unas semanas, puede quedarse un poco pálido o resabiado cuando pasa el tiempo y no hemos vuelto a profundizar en el poema cantado: las flores pierden su convincente belleza, el amor pierde su emoción, el paisaje del alma se describe, pero no se siente. También sucede a veces  que tenemos que cantar a la fría nieve en el mes de junio, a la lluvia en plena ola de calor y al amor en pleno ataque de desamor. La cura de todo ello es la misma: releer el texto y su traducción, volver a creer en ello, expresarlo con la ayuda de la composición tal y como nosotros podemos percibirlo. Y recitar el texto en voz alta con la altura vocal correcta; algo que no sé por qué os tiene que dar tanta vergüenza, cuando pocas cosas son más útiles para la memoria que este ejercicio.

Os aconsejo que tengáis especial cuidado con las piezas de oratorio y las arias, cuya enjundia y atractivo consiste en repetir letras con figuras y entradas diferentes. Un lied o una canción pueden repetir un poquito de la letra con una música distinta, pero en oratorio y arias es prácticamente un principio formal, es decir, es la forma de construir la propia música. Canturrear secciones sueltas es un peligro para una memorización correcta.

Siento decir que realmente no hay trucos, excepto una buena planificación que puede organizarse en torno a palabras clave (tener bien claras todas las primeras palabras de frase para facilitar los engranajes) o a través de una visualización en imágenes del relato. Pero lo que más os ayudará es haber recitado y cantado el texto muchas veces completo y conscientemente, no el repetirlo como loritos ni el obsesionaros con trozos ni frases concretas...



martes, 15 de mayo de 2012

Audiciones con menos estrés y sin culpables ni parabólicas



Soy consciente y lo siento mucho. Sí, lo ideal sería que hubiese escrito esta entrada el viernes pasado, para daros a todos tiempo a reflexionar sobre estas ideas y a asimilarlas. Pero claro, hasta que no vivo en mi piel vuestras audiciones no os puedo alertar de las cosas que os ponen nerviosos o de lo que hacéis mientras expresáis lo que estáis cantando. Observando lo sucedido ayer en la escena y partiendo de la base de que todos vosotros cantáis mucho mejor en el escenario que en la clase (pues la adrenalina del público multiplica en vosotros el deseo de comunicar, como es lógico), me vais a permitir algunas recomendaciones para las próximas veces que tengáis un concierto o que queráis cantar para alguien. 

1. Siempre nos va a ayudar la postura correcta y la cercanía correcta al piano. Si os sentís muy valientes o tenéis miedo de que el pianista (sea yo u otro) os atruene, podéis adelantaros un poco. Si necesitáis ayuda o hay inseguridad, es mejor que os situéis cerca de la tapa y aprovechéis la resonancia. 

2. Los gestos técnicos que utilizamos en clase no suelen servir igual cuando estamos ante el público. Primero porque nos sentimos más ridículos al utilizarlos y segundo, porque no tenemos el espejo para vernos. Los gestos que yo llamo "la parabólica" son los que sirven para estabilizar la altura en la posición facial correcta; suelen hacerse con el dedo levantado o la mano arqueada. Pueden servir en un momento de crisis o para comenzar, pero lo ideal es que tratéis de evitarlos luego. Una mano en el piano puede bastar para ello. Otros gestos (el "toreo", que es llevar la mano de un lado a otro) sí pueden servirnos en un momento en el que el apoyo se resienta: ¿Cómo podéis controlar que el gesto os está sirviendo para apoyar? Si es lo bastante lento como para que un movimiento de apenas un par de palmos sirva para asentar una frase completa. Si las manos corren de lado a lado una y otra vez, el "toreo" es inútil y sería mejor desactivarlo por completo. 

3. ¿Miro al pianista o no miro? Siempre podéis mirar, especialmente en los cambios de frase o si necesitáis perder de vista a una persona del público que, por la razón que sea, os está estresando ver allí. Lo más importante es que la mirada al pianista sirva para afianzar la confianza; para haceros sentir cómodos. Es preferible que la mirada no pida permiso ni perdón y que no haga reproches, pues todo esto será captado por el público de forma inmediata. Si el contenido de la mirada es "socorro, he olvidado la letra" no hace falta ningún gesto especial: normalmente el susto que tenéis encima transmite ese mensaje perfectamente al pianista. 

4. Al terminar una interpretación tras la cual empezará un aplauso, la indicación al pianista de que la pieza ha terminado y debemos saludar debe ser sencilla. No hace falta señalar al pianista como si fuese el culpable de algo o como si éste no se fuese a dar por aludido de que la obra termina. ¿Qué es lo más bonito a ojos del público? Una mirada, y, si la obra era lo bastante risueña y festiva, una mirada con sonrisa, que es lo que de forma más natural hará despegar al pianista de su taburete y unirse al saludo. 

5. Caminar por el escenario y sentir el espacio como algo propio es algo que depende de la naturalidad de cada uno. En todo caso, transmitir seguridad es útil para el público y para la propia persona que sale a cantar. Moraleja: ni zapatos incómodos ni resbaladizos ni vestidos o trajes con los que uno se sienta a disgusto o excesivamente disfrazado. 

Seguro que a vosotros mismos se os ocurren muchas recomendaciones. ¿Las comentaremos en los próximos días? 



 

domingo, 29 de abril de 2012

Ponte cómodo


No pienso que se trata únicamente de una necesidad de los alumnos de repertorio de canto en el aula 300, sino de cualquier persona que surque esa puerta para venir a aprender. Si el alumno no está cómodo, cuanto podamos decirle no servirá de mucho, pues la información no se transmitirá correctamente, no llegará al punto de poder asimilarse. Además, si la comunicación no es correcta, el cuerpo se resentirá y entonces será difícil optimizar los medios físicos del canto.

Alumnos queridos, poneos cómodos, haced de vuestra vida algo muy agradable al entrar en mi clase para poder cantar lo mejor posible. ¿Cómo? Seguid estos consejos sencillos: 

1- No lleguéis con la hora justa: sabéis bien que mi clase está en un tercero sin ascensor. Tardaréis cinco minutos en recobrar el aliento y son cinco minutos que se pierden. 

2- Lo ideal es que dediquéis unos minutos a vocalizar antes de entrar en clase. No se trata de comprobar la voz en toda su extensión ni toda la potencia. Al menos, de encontrar la resonancia y de ir explorando las posibilidades; incluso si pensáis que ese día no vais a poder cantar muy bien, por catarros, cansancio o circunstancias. 

3- Para estar realmente cómodos, lo ideal es que me llevéis la partitura a clase de memoria. Si se trata de una primera aproximación a un texto en lengua extranjera para el que necesitáis mi ayuda no traigáis una única copia. Si empezáis a hacer anotaciones en la única copia, ejemplares posteriores que queráis pasar a otros pianistas o profesores estarán llenas de una información que no es relevante para ellos y que les hablará de flaquezas o problemas que en ese momento ya tendréis superados. Por cierto, para encontrar fuentes musicales en internet podéis mirar la entrada "recursos musicales en la red". 

4- No se trata solamente de que perderemos menos tiempo buscando la partitura si yo estoy al corriente de la obra que vais a interpretar (mensaje, llamada, mail o cualquier otro medio sirven de aviso). Se trata también de que me habré mentalizado correctamente y no me pillará de sorpresa. Además, si no tengo fresca la partitura y es difícil, habré aprovechado algún rato libre previo para recordarla. Algunos de vosotros idealizáis mi forma de tocar y pensáis que puedo extraer lo mejor del texto musical en cualquier circunstancia: pues bien, esto no es cierto. No lo es, en absoluto. En realidad, yo tengo que estudiar prácticamente tanto como vosotros para tener una partitura a mi gusto. Así que, si me hacéis la vida más cómoda, yo tocaré mejor y me será más sencillo no estar pendiente de mi propio texto musical y estar íntegramente concentrada en escuchar lo que estáis haciendo y ayudaros desde el teclado. 

5- Sed claros con el tiempo y el carácter que queréis transmitir a la partitura. No merece la pena que seamos tan educados que nos pasemos toda la primera interpretación de una pieza esperando el uno por el otro. Si tenéis la idea muy clara, lideradla, defendedla. Yo os escucharé, entenderé y apoyaré mientras me presentáis esta idea con vuestra interpretación. Acto seguido, si es necesario, os discutiré apasionadamente por qué opino que la idea no es correcta en función del texto, la música, el estilo o vuestras circunstancias técnico-musicales.  

6- Sed claros también con las respiraciones. Ya sabéis que yo no considero necesario, sino de hecho contraproducente la manía de fijar solemnemente y de antemano los lugares en los que vais a respirar. La respiración depende del estado anímico además de las cuestiones técnicas y, en principio, lo tendré en cuenta. Es importante que respiréis bien, aunque eso suponga robar más tiempo del que está escrito. Al menos en las primeras veces, no arriesguéis: daos el tiempo necesario para respirar. Si yo no he estado suficientemente alerta y os he atropellado, ya me conocéis: esperaré para compensar este tiempo. 

7- Apartad el reloj y no os preocupéis del tiempo que nos lleva resolver los problemas. La impaciencia trae menos problemas que la falta de espíritu de perseverancia.. pero también los trae. 

8- Plantead todas las dudas que tengáis sobre vuestro empleo de la técnica, pero también sobre la música, el autor, los personajes, la lengua, las traducciones.. Ya sabéis que si no tengo las respuestas, siempre hay entes superiores a los que tanto vosotros como yo podemos preguntar: diccionarios, libros, expertos... 

9- Lo ideal tanto en el caso de arias cantadas por personajes como en la interpretación de canciones es haber dedicado un mínimo de tiempo a formaros una idea del carácter del personaje y la interpretación simbólica del texto (podéis leer más sobre esto en el capítulo "la literalidad" de este mismo blog). 

10- Un punto fundamental de la comodidad tiene que ver con un equilibro saludable entre la autocrítica y la satisfacción por lo aprendido, que os permita salir de la 300 con ganas de seguir trabajando sobre la música a la que tanto queremos. Si creéis que os he puesto el listón demasiado alto o demasiado bajo, no olvidéis avisarme antes de que transcurra demasiado tiempo, preferiblemente antes de la siguiente clase para equilibrar el balance. 





domingo, 5 de febrero de 2012

La literalidad


A lo largo de esta semana, muchos de vosotros me habéis traído canciones para preparar en la clase de repertorio. Como sabéis, vuestra maestra de canto y yo insistimos en la necesidad de saber los textos de memoria para aprovechar al máximo las clases, algo que entendemos que no es tan fácil de hacer rápidamente cuando el texto está en un idioma tan alejado del nuestro como el alemán -en general, no tenéis problemas para memorizar italiano ni francés-.

Sin embargo, cuando hablo de memorizar no me refiero solamente a poder decir sin referencia del papel las palabras del texto poético. En mi caso, me refiero también a una profundización en el contenido del poema: los símbolos no se eligen porque sí, sino que traslucen una sustancia interna. Cuando no seáis capaces de darle sentido a un poema o notéis que no podéis resumir su esencia en una breve frase, es preferible que pidáis ayuda a que cantéis de forma abstracta. Internet puede ilustrar bastante sobre los textos poéticos. A veces una única palabra clave os puede servir para ir tirando del hilo simbólico y rastrear muchas cosas sobre las implicaciones del contenido. Palabras como "nogal", "tilo"o "rosa" tienen connotaciones muy interesantes, como la mayoría de los elementos naturales, pues se emplean frecuentemente como metáfora del "paisaje del alma", de las emociones del narrador de un texto. Escribo mucho sobre este tipo de cosas en elblogdeelizamora.blogspot.com

Cuando en los próximos días regrese Susana con su trabajo sobre el Lied Der Nussbaum de Schumann sé que habrá reflexionado sobre este tema y sobre lo que significa que el árbol vuelve a florecer el próximo año. Con respecto a "las pequeñas cosas" -Auch kleine Dinge-, tengo una comparativa muy curiosa que ofrecerte, pues no solamente hay un ejemplo musical conocido en alemán, sino también en castellano, lo que nos muestra cuán frecuentemente hay temas que se repiten y que existe un intercambio muy importante entre la canción de concierto y la canción popular:





La imaginación


Aunque muchos de vosotros pensáis que esto solamente sucede en el canto, la imaginación del sonido que queremos lograr tiene lugar en la práctica de cualquier instrumento musical. Antes de emitir el sonido creemos en él, ahondamos un poco con nosotros mismos y ponemos a su disposición nuestros recursos físicos. No cabe ninguna duda de que, cuando todavía se está creando una base de recursos técnico-corporales, la posibilidad de hacer justicia a este sonido imaginado es más bien modesta. Sin embargo, la ausencia de imaginación sobre el sonido hace que la realidad que podemos emitir sea mucho menos interesante. En cambio, en muchas ocasiones, fabular sobre lo que queremos emitir (con nuestro propio aquí y ahora, no intentando imitar un disco), visualizarlo e intentar buscar los recursos para lograrlo nos hace avanzar en las cuestiones técnicas mucho más rápidamente. Aunque es un poco más desesperante comprobar la diferencia entre lo que soñamos y lo que realmente podemos hacer, en realidad es esa tensión lo que nos va a hacer avanzar en el camino artístico durante todo el tiempo que interpretemos música.

Conformarse con lo que podemos hacer es un poquito triste, porque parece que nos negamos la posibilidad de mejorar. Así que yo os animo a seguir imaginando sonidos, en función de varios parámetros:

- El movimiento del aire: imaginar que el apoyo no es una columna rígida, sino la base del acariciador movimiento que da origen al sonido.
- El fraseo y las tensiones armónicas de las notas emitidas, porque quiero pensar que ninguno de vosotros canta pensando que su línea melódica no tiene unas tensiones armónicas internas.
- La relación de esas tensiones armónicas con las del acompañamiento.
- El texto y sus implicaciones emocionales.

Os deseo una feliz imaginación durante estos días en los que no nos vamos a ver. Espero encontraros muy inspirados a mi regreso... 

lunes, 30 de enero de 2012

La primavera de Mörike


Dedico esta entrada a Ana, que está preparando el Lied de Wolf con este precioso poema de Mörike. Dice que no encuentra la traducción. Haremos lo posible por traducir su atmósfera soñadora y misteriosa:

Frühling läßt sein blaues Band
Wieder flattern durch die Lüfte
Süße, wohlbekannte Düfte
Streifen ahnungsvoll das Land
Veilchen träumen schon,
Wollen balde kommen
Horch, von fern ein leiser Harfenton!
Frühling, ja du bist's!
Dich hab ich vernommen!



La primavera deja [ver] su banda azul 
de nuevo revolotean en eaire
suaves, bien conocidos perfumes
rozando la tierra llenos de presentimientos. 
Las violetas ya sueñan, 
quieren venir pronto. 
¡Escucha, de lejos, un suave sonido del arpa!
¡Primavera, ya estás aquí!
¡Te he descubierto! 


Está claro que el texto no tiene nada que ver con otros más habituales en la lírica sobre esta estación, que nos suelen hablar más bien de un florido mayo que de los primeros presentimientos de la llegada de la primavera, asociados al olfato.


Te escribiré más sobre este particular, pero antes quiero compartir con los demás dos musicalizaciones. Una ya la conoces, es la de Wolf: 




Pero también es interesante la de Schumann. Si la escuchas atentamente, comprenderás además que la de Schumann inspira en cierto modo la de Wolf: 




Estaba pensando que también te merece la pena echar un vistazo a Im Frühling, un Lied tremendamente melancólico de Wolf sobre el mismo tema (aunque con resultados bien distintos, con una nostalgia enferma, como también es habitual en un excluido social como era el compositor). 


¡Feliz introspección wolfiana!



domingo, 29 de enero de 2012

Recursos musicales en la red


Además de textos y traducciones, otra cosa que me soléis pedir con frecuencia son las propias partituras que os interesan. No cabe duda de que muchas os las podré facilitar yo y que, las que no podemos encontrar fácilmente en una tienda de provincias, siempre pueden pedirse a amazon, musicroom o dussmann. Pero existen también iniciativas de partituras en la red, que nos pueden servir al menos -si no como partitura definitiva- para echar un vistazo a la tesitura o conocer la obra que nos planteamos preparar. Hoy os facilito tres de las direcciones más conocidas:

http://artsongcentral.com/

www.imslp.org

http://www.dlib.indiana.edu/variations/scores/


Os deseo unas felices exploraciones en busca de las soñadas partituras. 

viernes, 20 de enero de 2012

Para los textos


Aunque hablamos con frecuencia de la importancia del texto en la interpretación, no sé si todos tenéis claro cómo encontrar buenas fuentes originales de los poemas (es decir, fuentes en las que se separe el texto original de lo añadido o modificado por el compositor) o utilizar los recursos disponibles en la red. Pues bien, las páginas que os enlazo a continuación os pueden ayudar bastante con este tema. Eso sí, requieren algo importante: colaboración. Más de una vez encontraremos traducciones útiles en estas páginas. Eso merece algo más que recomendar la visita de la página a los amigos. Requiere pensar en echar una mano enviando cuando se pueda las traducciones propias: nunca sabéis cuándo podéis ayudar a otro cantante que también desea saber más acerca del texto que interpreta.

Textos de Lieder en idiomas variados
Textos de ópera y canciones en castellano

Pace non trovo...

No, no encuentran la paz y es comprensible: ¿Qué hacer cuando la vida te condena durante una serie de años a no saber exactamente cuál es tu timbre, cuál es tu tesitura real? ¿Qué hacer cuando ningún papel de ópera se termina de ajustar a tus características? La respuesta, cuando esa duda surge en mi clase, sólo puede ser tener paciencia, seguir explorando y trabajando, no forzar la voz ni empeñarse en imitar la forma de cantar de otro y dejarse fascinar por el trabajo musical: Se puede crecer y descubrir mucho sobre uno mismo trabajando la técnica en la clase del maestro de canto y aprovechando el tiempo con el repertorista para aprender canciones, lieder, song, pisnié. Son piezas maravillosas que, además, nos permiten jugar con las transposiciones. De observar en qué tonos funcionan mejor las piezas que abordamos también se extraen importantes pistas acerca de cuál es la tesitura real del cantante.

Dedico esta entrada al grupo de alumnos de canto del aula 300 a los que el Destino ha condenado a ser pacientes y a seguir aprendiendo mientras esperan a poner un nombre definitivo a su tipo de voz. Y les invito a escuchar, en dos tesituras bien distintas, los maravillosos sonetos de Petrarca de Liszt.






Primeras reflexiones


Algunos pensarán que añadir un quinto blog a los cuatro precedentes desde los que filosofo habitualmente es una locura. Desde luego, el tiempo en la vida es limitado y no es fácil dedicar dos espacios a mis alumnos de piano, uno a la práctica liederística y compartir una ventana al mundo con la mezzosoprano que da sentido a mis desvelos en el Lied. Sin embargo, debo confesar que llevo cerca de un año echando en falta un espacio para compartir con mis alumnos de canto reflexiones concretas sobre cuestiones que les atañen.

La motivación última de este blog ha sido la necesidad de cerrar un ciclo en mi vida. Hace más de diez años, la voz de Thomas Quasthoff, con su forma de narrar y expresar los Lieder alemanes, cambió por completo mis planes. De ser una pianista centrada en el repertorio de cámara pero con una inquietud por prácticamente todo lo que estuviera relacionado con el hecho musical (la mitología, la literatura, el arte, el teatro), pasé a saber lo que realmente llevaba dentro: una pianista acompañante de canto, una persona hecha para dar forma a la relación mágica entre la voz y el piano. O, al menos, para intentarlo, aprendiendo cada día de sus errores.

La semana pasada, Quasthoff anunció su retirada de los escenarios del mundo, por problemas de salud. Su voz maravillosa pasará a ser un elemento a disfrutar únicamente por sus alumnos, en masterclasses, grabaciones o como recuerdo. De algún modo, este blog rinde homenaje a aquella frase que le oí pronunciar aquel mes de septiembre de 2007, en el primer curso que impartió en Schwarzenberg, sagrada Meca de los liederistas del mundo. Se la dirigió a uno de mis compañeros, participantes en el curso: "cuando hayas conseguido emitir cada una de las notas de tu tesitura lo más bellamente de lo que eres capaz, solamente habrás resuelto un 10% del problema".

Músicos cantantes, cantantes músicos... eso es lo que me gustaría sentir que hay en mi aula. Para hacerles conscientes de que el aprendizaje del canto es mucho más que ceder a cada peculiaridad de su propia voz, para compartir con ellos un camino que me esfuerzo por hacer sencillo, agradable, hermoso (puesto que les guío más que les "acompaño", aunque el tecnicismo musical nos haya llamado "acompañantes"), para hacerles sentir que recorrer su senda de aprendizaje merece la pena por más razones que las evidentes, para eso he creado un nuevo espacio de reflexión en forma de blog.