viernes, 20 de enero de 2012

Primeras reflexiones


Algunos pensarán que añadir un quinto blog a los cuatro precedentes desde los que filosofo habitualmente es una locura. Desde luego, el tiempo en la vida es limitado y no es fácil dedicar dos espacios a mis alumnos de piano, uno a la práctica liederística y compartir una ventana al mundo con la mezzosoprano que da sentido a mis desvelos en el Lied. Sin embargo, debo confesar que llevo cerca de un año echando en falta un espacio para compartir con mis alumnos de canto reflexiones concretas sobre cuestiones que les atañen.

La motivación última de este blog ha sido la necesidad de cerrar un ciclo en mi vida. Hace más de diez años, la voz de Thomas Quasthoff, con su forma de narrar y expresar los Lieder alemanes, cambió por completo mis planes. De ser una pianista centrada en el repertorio de cámara pero con una inquietud por prácticamente todo lo que estuviera relacionado con el hecho musical (la mitología, la literatura, el arte, el teatro), pasé a saber lo que realmente llevaba dentro: una pianista acompañante de canto, una persona hecha para dar forma a la relación mágica entre la voz y el piano. O, al menos, para intentarlo, aprendiendo cada día de sus errores.

La semana pasada, Quasthoff anunció su retirada de los escenarios del mundo, por problemas de salud. Su voz maravillosa pasará a ser un elemento a disfrutar únicamente por sus alumnos, en masterclasses, grabaciones o como recuerdo. De algún modo, este blog rinde homenaje a aquella frase que le oí pronunciar aquel mes de septiembre de 2007, en el primer curso que impartió en Schwarzenberg, sagrada Meca de los liederistas del mundo. Se la dirigió a uno de mis compañeros, participantes en el curso: "cuando hayas conseguido emitir cada una de las notas de tu tesitura lo más bellamente de lo que eres capaz, solamente habrás resuelto un 10% del problema".

Músicos cantantes, cantantes músicos... eso es lo que me gustaría sentir que hay en mi aula. Para hacerles conscientes de que el aprendizaje del canto es mucho más que ceder a cada peculiaridad de su propia voz, para compartir con ellos un camino que me esfuerzo por hacer sencillo, agradable, hermoso (puesto que les guío más que les "acompaño", aunque el tecnicismo musical nos haya llamado "acompañantes"), para hacerles sentir que recorrer su senda de aprendizaje merece la pena por más razones que las evidentes, para eso he creado un nuevo espacio de reflexión en forma de blog.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario